Páginas

miércoles, 28 de mayo de 2025

29-M: Huelga General en València


La gestión criminal del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la de todo su equipo de Gobierno causó la muerte de 228 personas el pasado 29 de octubre de 2024, en una de las peores catástrofes sufridas en años. La DANA también causó miles de damnificadas. Todas estas personas fueron ignoradas por el empresariado y la clase política. Se puso en juego la vida de miles de personas trabajadoras. Todavía hoy nadie ha asumido sus errores y algunos, como el propio presidente Mazón, se aferran a sus sillones esperando que el tiempo haga olvidar a la población.

No se puede tolerar que tras medio año desde la DANA que arrasó territorios y vidas en València, con varias movilizaciones multitudinarias, el presidente Carlos Mazón continúe en su poltrona, erigiéndose “salvador del pueblo”. Precisamente el pueblo valenciano está harto de su catadura moral y de la mediocridad de la clase política en general.


El 29 de mayo hay convocada una manifestación a las 12:00 horas desde la estación del Nord de València, que recorrerá todo el centro de la ciudad. Ese mismo día, a las 19:00 horas manifestación organizada por la «Plataforma Mazón Dimisión» que saldrá desde la plaza del Ayuntamiento de Valencia.


Concentración de apoyo el jueves 29 de mayo a las 19:30 en la Calle Génova 13 en Madrid.


El próximo 29-M, día de Huelga General en Valencia, ¡todas a la calle con nuestras compañeras de València!

viernes, 23 de mayo de 2025

El País Valencià se prepara para la huelga general del 29 de mayo contra la gestión de Mazón

 Siete meses después de la dana, mientras la justicia apunta al Consell, los sindicatos combativos preparan la huelga general con el respaldo de amplios sectores sociales.


El procedimiento judicial abierto en el juzgado de Catarroja ha empezado a arrojar luz sobre lo ocurrido durante las horas críticas del temporal: los autos hablan de una “gravísima inactividad” por parte del gobierno autonómico ante una catástrofe que dejó al menos 228 personas fallecidas. En este contexto, Intersindical, CGT, CNT y COS han convocado una huelga general para el 29 de mayo en las tres provincias del País Valencià.

La convocatoria cuenta con el impulso de los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción (CLER), del Sindicat d’Estudiants —que ha convocado también huelga en institutos y universidades— y de numerosas organizaciones sociales y por el derecho a la vivienda, así como redes vecinales que jugaron un papel clave durante los días de la catástrofe.

Antonio Ruiz, asesor sindical y jurídico de CNT València explica que “es una huelga muy demandada por los movimientos sociales en todo el País Valencià”. Según él, esta convocatoria nace de una indignación acumulada y detalla que las motivaciones laborales son claras: “los fallecimientos de trabajadores in itinere durante la catástrofe, la falta de protección laboral tras la misma, la precariedad de los servicios públicos esenciales —como emergencias y transporte—, y el abandono de quienes más sufrieron las consecuencias del desastre”.

Ruiz asegura que la implantación sindical de CNT es especialmente fuerte “en sectores como el transporte, el metal, la hostelería y el sector cárnico, donde los trabajadores no solo sufrieron la catástrofe, sino también la falta de respuesta de la administración y las patronales”. En este sentido, están trabajando activamente para que la convocatoria se traduzca en una movilización efectiva en los centros de trabajo: “Haremos todo lo posible para que las secciones sindicales que tenemos constituidas en estos sectores secunden con fuerza la convocatoria de esta huelga general”.

José Antonio Lafuente, secretario de Acción Sindical de CGT-PV, subraya el papel de su afiliación que “desafió el aislamiento que desde el primer momento se intentó imponer” y reclama dignidad frente al abandono institucional. Según denuncia, “la gestión de la emergencia no se entiende sin vincularla al proyecto de presupuestos presentado posteriormente”, que define como un “ataque directo a la clase trabajadora”.

Lafuente recalca que más allá de las cifras, lo que se impone es un cambio de modelo social a través del desmantelamiento oculto de servicios esenciales: “los presupuestos no son neutros. Tienen un carácter ideológico”, afirma, “que choca frontalmente contra cualquier intento de reconstrucción justa y contra la realidad de los municipios más afectados. No se puede reconstruir un pueblo con presupuestos fascistas, xenófobos, negacionistas del cambio climático y de la violencia contra la mujer”, denuncia. Para Lafuente, el foco mediático centrado en la figura de Mazón oculta lo esencial: “Se pretende imponer un nuevo modelo social mientras el relato se concentra en un personaje amortizado”.

Desde Intersindical Valenciana no dudan en señalar responsables. En el centro de sus críticas está el president de la Generalitat, Carlos Mazón, a quien acusan de llegar tarde, de eludir responsabilidades y de representar el negacionismo climático al servicio del capital. “El pueblo valenciano tiene claro quién es el máximo responsable”, afirman, pero recuerdan que no fue el único: también señalan a empresarios que ocultaron la gravedad de la situación a sus plantillas, impidieron que consultaran el móvil o las forzaron a acudir al trabajo bajo alerta roja, poniendo en peligro sus vidas y salud.

Por su parte, la Coordinadora Obrera Sindical (COS) pone el foco en la necesidad de respuestas estructurales, y reclama garantías firmes en materia de vivienda, protección climática y defensa de l´Horta: “Queremos garantizar los derechos fundamentales de toda persona trabajadora a la protección y la prevención de riesgos en su puesto de trabajo, más aún en un contexto alarmante de crisis climática.”, señalan. Desde el sindicato insisten en que la reconstrucción debe respetar y proteger los recursos naturales que nos sostienen “No queremos una reconstrucción que pase por la destrucción de l´Horta, que cumple una función socioambiental imprescindible.”

Una huelga desde abajo

Desde los Comités Locales insisten en el origen popular de esta convocatoria: “Esta huelga general nace a impulso de las zonas más afectadas y de la población que tuvimos que activar la alerta cero, porque la alerta 3 institucional nunca se activó”, explica Toni Valero, portavoz del Comité Local de Parque Alcosa. “La alerta cero es la de solo el pueblo salva al pueblo. Y eso solo es posible cuando hay organización y conciencia colectiva”.

Desde esa convicción, Valero reivindica la creación de los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción (CLER) en los municipios golpeados por la dana, que ahora impulsan la construcción de un Acuerdo Social Valenciano. Un espacio amplio, dice, “donde deben estar todos los sectores que están siendo agredidos por las políticas genocidas de Mazón”: desde los movimientos feministas y en defensa del territorio hasta los colectivos migrantes, por la vivienda y por los derechos lingüísticos. “Acabar con la lengua de un pueblo también es una forma de exterminio”, afirma.

“¿Hasta cuándo vamos a permitir que los responsables de este crimen de Estado sigan gestionando la administración como si nada?”, se pregunta Valero

La huelga, asegura Valero, “no es solo laboral, sino comunitaria, popular y social”. Una huelga que “debe llegar también a esa Valencia en B, sumergida y precaria, donde mucha gente no podrá parar porque tiene contratos de dos horas y jornadas de doce, donde se sigue trabajando en talleres clandestinos y economías invisibles”.

Más allá de lo inmediato, Valero apunta a la responsabilidad política del Consell en las 230 muertes —sumando a la cifra oficial el fallecimiento de los dos trabajadores en tareas de reconstrucción— “¿Hasta cuándo vamos a permitir que los responsables de este crimen de Estado sigan gestionando la administración como si nada?”, se pregunta. Para Toni “la huelga general es hoy la única herramienta válida para lanzar esta interpelación colectiva y abrir un proceso de desobediencia civil y reconstrucción política desde abajo”.

“El objetivo no es solo parar, sino empezar a caminar hacia la dimisión de Mazón y todo su Consell”, subraya. En ese sentido, avanza que los Comités Locales están desplegando comités de extensión de la huelga, incluso en zonas no directamente afectadas por la dana, y en coordinación con los sindicatos combativos.

Valero denuncia que el Consell se sostiene actualmente sobre su pacto presupuestario con VOX, y advierte: “La cuerda con la que Mazón ha intentado salvarse es la que lo va a ahorcar. Solo falta un paso más en la desobediencia civil y en la movilización de la clase obrera”. Òscar Llago, desde el CLER de Massanassa, retoma el hilo de la organización popular y la fuerza del tejido vecinal e insiste en que esta no es solo una huelga laboral, sino también política y social: “una herramienta que interpela directamente a un modelo económico que antepone la rentabilidad a las personas”.

Frente a esa lógica, Òscar reivindica “la soberanía popular como forma de existencia”, construida desde la vida cotidiana, la ayuda mutua y la movilización vecinal. “Lo que comenzó aquella noche del 29 de octubre, cuando muchas personas arriesgaron su vida para rescatar a otras, no se ha detenido”, subraya. “Esta huelga marcará un antes y un después, porque está despertando en la sociedad la certeza de que, si nos organizamos, podemos alcanzar una verdadera transformación”.

Presión a los sindicatos mayoritarios

Durante la manifestación del pasado 1 de mayo en València, los dirigentes de CCOO y UGT del País Valencià recibieron una interpelación pública inesperada: Toni Valero y Rut Moyano, representantes de los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción del Parque Alcosa y Benetússer, les entregaron en mano una carta firmada por los Comités Locales de los municipios afectados por la dana.

En la misiva, los comités instaban a las cúpulas sindicales a sumarse a la convocatoria de la huelga general y les reclamaron que “fortalezcan su compromiso con la ciudadanía, porque vivimos una situación de excepcionalidad que exige una respuesta colectiva a la altura”.

Además de esta acción pública, los sindicatos convocantes han solicitado formalmente una reunión con las direcciones de CCOO y UGT para debatir las reivindicaciones y presionarles a tomar posición. “Estamos apelando directamente a CCOO y UGT, y les hemos enviado una carta formal solicitando una reunión para pedirles que se sumen a esta huelga”, explica al respecto Antonio Ruiz (CNT). La unidad sindical, asegura “es esencial en este momento histórico que estamos viviendo en el País Valencià”.

La juventud toma partido

El Sindicat d’Estudiants fue una de las primeras organizaciones en activarse tras la DANA. “Estuvimos en la zona cero desde el primer día”, explica su portavoz, Sergi Dasí. “Organizamos la rabia ante el abandono institucional de manera solidaria hacia la reconstrucción y limpieza de las calles, y propusimos medidas como la huelga estudiantil del 12 de noviembre”.

Lejos del relato que retrata a los jóvenes como una “generación de cristal”, Dasí defiende que la juventud revolucionaria ha estado a la altura, demostrando “una conciencia de clase fuerte y una capacidad de organización ejemplar”. El sindicato ha sostenido desde el principio que la huelga general es la única forma real de hacer oír a la clase trabajadora.

En su caso, las razones sobran: “La situación del valenciano en las aulas, las ratios docente-alumno, el sistema de las PAU, los barracones donde nos obligan a estudiar… Son luchas que ya teníamos, pero que en los últimos meses se han agravado. Por eso nos sumamos el 29 de mayo con una nueva huelga estudiantil”. En las últimas semanas, el Sindicat d’Estudiants ha celebrado reuniones abiertas para reforzar la convocatoria, organizar actos y visibilizar la represión contra estudiantes.

Dasí lanza un mensaje directo: “Esta huelga es necesaria no solo por lo que nos afecta en nuestros centros educativos, sino también por solidaridad con toda la gente afectada por la dana, y por este gobierno que hace negocio con la política.”

La vivienda, una de las reivindicaciones centrales en la huelga del 29-M

Antonio Ruiz (CNT), recuerda que el movimiento por la vivienda llevaba tiempo exigiendo esta movilización, incluso antes de que se produjera la catástrofe de la dana: “Existe un gran movimiento en defensa del derecho a la vivienda, que ha estado reclamando a los sindicatos más combativos la convocatoria de una huelga para intentar reivindicar y resolver esta situación”.

En la misma línea, Intersindical Valenciana señala que “la vivienda no puede ser un negocio, es un derecho para la clase trabajadora”, y denuncian que “fondos buitre están comprando bloques enteros, incluso viviendas protegidas o arrasadas por la dana, sin que la administración ejerza su derecho de tanteo y retracto”.

José Luis González, portavoz de la PAH Valencia, señala que esta movilización debe ir más allá de la caída de Mazón: “No basta con que se vaya Mazón si las políticas sociales no cambian”

La Coordinadora Obrera Sindical (COS) sitúa el derecho a la vivienda como una de las reivindicaciones clave de esta huelga. Subrayan que “hay que blindar el derecho a la vivienda de toda la clase trabajadora y recuperar todos los servicios públicos que nos han arrebatado”. Para este sindicato, la actual crisis habitacional está directamente ligada al modelo económico impuesto: “El País Valencià no puede seguir siendo un territorio que el Estado español vende al consumo y al turismo a costa de las condiciones de vida y de vivienda de la clase trabajadora”.

José Luis González, portavoz de la PAH Valencia, señala que esta movilización debe ir más allá de la caída de Mazón: “No basta con que se vaya Mazón si las políticas sociales no cambian. No puede gobernar quien ha llevado a la muerte a 228 personas, pero lo que más necesitamos son transformaciones profundas que garanticen derechos básicos”.

González denuncia que “cada día hay alrededor de diez desahucios en la Comunidad Valenciana, mientras las administraciones no aplican medidas como el derecho a ceder viviendas vacías en emergencias habitacionales”. Subraya que “el verdadero problema no es la ocupación, sino las viviendas vacías de la banca rescatada y el negocio especulativo que la rodea, que ni el Consell ni el Estado quieren enfrentar”.

Por eso, insiste: “No solo pedimos responsabilidad total por las víctimas de la dana, sino que denunciamos las políticas del PP y VOX que están atacando derechos sociales fundamentales, especialmente en vivienda”. Finalmente, alerta sobre los recortes en vivienda pública al señalar que “consolidan un modelo que condena a las familias vulnerables y perpetúa la crisis social que sufrimos”.

Más información en https://www.elsaltodiario.com

jueves, 8 de mayo de 2025

Capgemini: 50 años despidiendo a los trabajadores

Capgemini celebra su 50º aniversario como no podía ser de otra manera, con despidos, como hace cada 3 meses y como lleva haciendo año tras año desde que la conocemos. Ya lo decía Infolibre hace una década después de entrevistarse con nosotros, cuando Capgemini ese año acometía su séptimo Expediente de Regulación de Empleo en diez años.

No tenemos tanta historia ni hemeroteca para daros más números, pero sólo remontándonos 20 años atrás en el tiempo y tras estos siete ERES hasta el 2015, más los despidos que acomete cada 3 meses (sólo en los últimos diez años a 120 cada año hacen un total de 1200 personas), parece que Capgemini acumula en su haber miles de despidos, no queremos ni pensar cuántos serán en realidad en estos 50 años de vida, es para estar orgullosa.


Durante esta semana, para más inri, podrás hacerte una ‘’photocall’’ de las que anuncia la compañía con la carta de despido en la mano, sobran los comentarios.


En cuanto a los compañeros que resulten afectados os recomendamos solicitar la presencia de un representante legal de los trabajadores y firmar como NO CONFORME.


Y como ya os comentamos en otro correo sobre despidos, el tribunal europeo se ha pronunciado sobre este tipo de despidos, por lo que animamos a todos los afectados a denunciar a la empresa.

martes, 29 de abril de 2025

1º Mayo CGT

 



Este 1° de mayo nos volveremos a ver en las calles para reivindicar el día de las personas trabajadoras.

¡Así es! El 1° de mayo es una fecha histórica para salir a las calles y alzar nuestra voz por los derechos laborales, la justicia social y la dignidad de quienes trabajan.

Es muy importante la participación de todas, se nos tiene que ver y escuchar.

Os esperamos el jueves 1 de mayo en la manifestación que partirá a las 11:00h. DESDE la PLAZA DE LEGAZPI HASTA LA CUESTA DE MOYANO.

Y para acabar por todo lo alto, después del recorrido, contaremos con las actuaciones de MACHETE EN BOCA Y PARABELLUM

¡Música combativa para una lucha colectiva!

miércoles, 16 de abril de 2025

Más de 7.300 españoles pierden cada día su trabajo por despido o no superar el periodo de prueba

 

En los dos primeros meses del año 2025 se registraron 164.778 bajas de afiliación por despido y otras 136.423 por no superar el periodo de prueba, lo que arroja una media de 7.346 extinciones de empleo debidas a estas causas por cada día laborable. Una cifra que se reduce un leve 0,5% respecto a hace un año pero que aún supera en un 57,6% la registrada en el mismo periodo de 2019. Para los trabajadores con contrato indefinido, que suman 6.160 casos diarios, el ritmo se ha acelerado un 171%.

Los registros de bajas de afiliación acumuladas a último día de mes y como media diaria que publica la Tesorería General de la Seguridad Social apuntan a una estabilización de los ceses en 2005 tras las fuertes subidas acumuladas desde que la reforma laboral entro en vigor. Pero en ningún caso cabe hablar de un ajuste a la baja hacia la situación anterior.

Se confirma así que este nuevo paradigma en la forma en la que las empresas prescinden de sus trabajadores ha venido para quedarse. Especialmente para los que llevan menos tiempo en el puesto.


Adiós a levantarse del sofá: la nueva
moda del timbre inteligente llega a España y muchos ya lo han instalado

El ritmo de despidos diarios ha retrocedido un 2,7% respecto a hace un año, hasta los 4.017, pero ha crecido un 82% desde 2019. Sin embargo, el incremento es mucho más intenso entre las bajas por no superar el periodo de prueba. Aunque desde el punto de vista legal no son despidos (no tiene derecho a indemnización y las obligaciones de justificarlo son mucho más laxa), el efecto en términos laborales es el mismo. En lo que va de año marcan una media de 3.329 al día para el total de asalariados, un 2,3% más que hace un año y un 43,8% más que en 2019.

Esta tendencia no solo revela un incremento de los ceses diarios, sino un profundo cambio en su composición. Antes de la reforma laboral, se concentraban en los temporales, pero ahora afectan mayoritariamente a los indefinidos, cuyo peso en el empleo se ha incrementado con el cambio legal, aunque no tan intensamente como para explicar que ahora copen los ceses. Para entender adecuadamente los datos hay que entender cómo se despide en España.

Despido made in Spain

Analizando la serie histórica, surge una pregunta: ¿cómo era posible que antes hubiera más ceses entre los asalariados eventuales cuando apenas suponían un tercio del 'stock' total de afiliados al Régimen General? La explicación es que se firmaban muchos menos nuevos contratos indefinidos (apenas nueve de cada diez), con lo cual las víctimas del periodo de prueba eran menores.

Además, los despidos propiamente dichos se centraban también en trabajadores nuevos, con menor antigüedad acumulada y menos indemnización por despido. Es decir, temporales o indefinidos recién contratados. De hecho, la intención de ahorrar tiempo y economizar en el coste del despido explica que la mayoría fueran disciplinarios (a priori sin indemnización, a no ser que el trabajador reclame).

¿Qué ocurre cuando la contratación fija se dispara? En 2025 se registra un promedio de 3.758 despidos de asalariados de este tipo, un 2,5% menos que hace un año. Pero la cifra es un 141% respecto a hace seis años. Además, el 57% siguen siendo disciplinarios.

Las bajas por no superar el periodo de prueba son menos, con 2402 casos diarios, aunque en este caso el incremento es de un 233,8% más que en 2019, aunque respecto a 2024 retroceden un 0,08%. El intenso repunte de estas extinciones dispara las sospechas de que muchas empresas utilizan el periodo de prueba para cubrir puestos de corta duración con trabajadores indefinidos, una fórmula que además sale más barata que un contrato temporal, ya que se ahorran la correspondiente indemnización de 12 días por año. Aunque el periodo de prueba está tasado a un máximo de 6 meses y el Gobierno quiere limitar que los convenios puedan modificar este umbral.

Todo apunta a que los nuevos despidos de indefinidos también se concentran en los de nueva firma, lo que explica que un auge de los ceses no destruya empleo neto, pero tampoco reduzca el paro con tanta intensidad como debería con un récord de afiliados que supera los 21 millones. En realidad, para conseguir este récord basta que entren más afiliados al sistema de los que salen, no permanezcan en él. Aún a costa de crear empleos "indefinidos de usar y tirar".

Hay que tener en cuenta que esta evolución se da en un momento de 'rebote' del mercado laboral tras la crisis de la COVID 19. De hecho, con El incremento es mucho mayor si lo comparamos con los niveles de arranque de 2021, pero ese periodo sigue marcado por la pandemia y los confinamientos, que frenaron la actividad económica y con ello, tanto la contratación como los ceses, pero también el papel jugado por medidas extraordinarias como las de los ERTEs.

Para acotar el impacto de una reforma estructural como la laboral es más práctico remitirse a 2019, aunque en ese ejercicio el ritmo de creación de empleo aún era menor. Y es que todos lo expertos coinciden en que el aumento de ceses se debe a un 'acelerón' en la creación de empleo con más contratos indefinidos y menos eventuales que en otros ciclos de recuperación. El problema es que las pautas de volatilidad no se han erradicado, sino se han adaptado a la nueva ley.

Los despidos y bajas por no superar el periodo de prueba siguen lejos de ser la primera causa de destrucción de empleo en términos de afiliación. Les superan la finalización de contratos temporales (una media 34.522 bajas diarias en el arranque del año), el pase a la inactividad de los indefinidos fijos discontinuos (14.044) y las dimisiones (10.245). Curiosamente, estas tres causas sí siguen cogiendo velocidad respecto a hace un año con incrementos en los tres casos superiores al 10%.

la combinación de todos estos factores supone que España siga manteniendo una elevada volatilidad del empleo (en cifras absolutas es de la más alta de la serie), pese al repunte de la contratación indefinida, en teoría más estable. Esta contradicción pone el foco sobre los despidos y las bajas por no superar el periodo de prueba.

Una reforma en el limbo

Estas cuestiones no fueron abordadas en la reforma laboral pactada por Yolanda Díaz con patronales y sindicatos. El primer Ejecutivo de Pedro Sánchez sí había derogado previamente el contrato de emprendedores introducido por la que presentó el PP en 2012 y que contemplaba un periodo de prueba de un año, aunque solo podían usarlo empresas de menos de 50 trabajadores para contratar a jóvenes y mayores de 45 años, pero texto consensuado a finales de 2021 eludió entrar en un escenario que abriera la puerta a derogar una de las claves de la norma anterior: el 'abaratamiento' del despido improcedente que redujo la indemnización de 45 a 33 días por año trabajado.

Aun así, Dìaz y los sindicatos buscaron una fórmula para rodear esta línea roja. UGT y CCOO presentaron sendas reclamaciones ante el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS) es el organismo responsable de monitorear el cumplimiento de la Carta Social Europea para poner en cuestión no la cuantía, sino el hecho de imponer un tope máximo a la indemnización por despido. Diversos tribunales españoles han apuntado en esta tesis de que la norma española vulnera la legislación europea.

Con esta estrategia se evitaba plantear una derogación explícita e la reforma de 2012 y se planteaba una reforma mucho más compleja de los despidos para que sus indemnizaciones fueran "reparativas" en función del daño causado al trabajador, una idea defendida por la propia Yolanda Díaz.

Aunque PSOE veía con recelo esta tesis, en su acuerdo coalición para gobernar suscrito en 2023, Sumar les arrancó al PSOE un compromiso de "establecer garantías para las personas trabajadoras frente al despido, dando cumplimiento a la Carta Social Europea y reforzando la causalidad en los supuestos de extinción de la relación laboral".

En los dos años transcurridos desde entonces no se ha avanzado apenas nada. El CEDS ha dato la razón a los sindicatos en sus relamaciones, e incluso el Consejo de Europa ha reclamado una revisión de la normativa española, pero hablamos de órganos no vinculantes. De hecho, resoluciones similares en los casos de Francia. Italia y Finlandia fueron rebatidas por sus gobiernos y no se tradujeron en cambios legales.

Por otro lado, un fallo del Tribunal Supremo de finales de 2023 parece cerrar la puerta a la interpretación de los jueces españoles para imponer permiten indemnización reparativas superiores a los 33 días, ya que considera que la ley nacional no vulnera los acuerdos y convenios internacionales en materia de despidos. Aunque aún hay otros procesos pendientes de análisis por parte del Alto Tribunal. la resolución es un argumento de peso para las voces del Gobierno que se resisten a plantear esta nueva reforma laboral por lo que dictamina Estrasburgo.

El fallo del Supremo da vía libre a Díaz para cambiar la ley sin necesidad de esta coartada, pero se antoja un camino difícil sin el consenso con el PSOE, sobre todo cuando la vicepresidenta ha entrado en una dinámica de choque permanente con la patronal que lleva a que prácticamente ninguna de las medida laborales aprobadas desde 2022 lleven su rúbrica, como ha ocurrido con la reducción de jornada.

Presentar a la Comisión Europea otro cambio de calado del mercado de trabajo sin consenso con las empresas no parece una buena estrategia en el delicado momento actual, marcado por la incertidumbre económica. Por otro lado, la propia Díaz parece haber cambiado de prioridades, poniendo el foco en el recorte de 40 a 37,5 horas semanales de trabajo o el Estatuto del Becario antes que en la cuestión del 'despido reparativo'. De hecho, ni siquiera ha convocado al grupo de expertos que se comprometió a reclutar para presentar un análisis sobre la cuestión, tal y como en su momento hizo con el SMI.

Más información en www.eleconomista.es