viernes, 29 de julio de 2016

Empleo y Seguridad Social

Los resultados que ofrece los Servicios Públicos de Empleo en este mes de Junio sobre la evolución del mercado de trabajo -en lo referente exclusivamente al empleo generado, al mayor o menor crecimiento del desempleo, a la tasa de cobertura de las personas paradas, a la afiliación a la Seguridad Social- no ofrecen (y mucho menos apuntan) novedad alguna acerca de un mercado de trabajo cada vez más precarizado que, de no mediar la acción social de las clases asalariadas, se convertirá de manera estructural en un mercado de trabajo empobrecido, precarizado y sin los derechos básicos del estado asistencial que hasta ahora habíamos tenido.
Aumenta el empleo en 123.000 personas y se incrementan en casi 100.000 las afiliaciones a la Seguridad Social (solo un 7% de este empleo es indefinido), a la vez que la cobertura de prestaciones sociales -bien vías contributivas, bien vías asistenciales- para la población protegida (se sitúa en tasas de menos del 50%) decrece un mes tras otro.
¿Dónde ha crecido el empleo y qué tipo de salarios? En el sector Servicios y sustancialmente en todo aquello ligado al turismo (hostelería, hoteles…). Es decir, llega el verano y las vacaciones y el empleo aumenta con la característica que le viene identificando desde 2012: precario y temporal, con salarios de sobreexplotación, lindando la legalidad del SMI (cuando no trabajo en negro) y exención de cotizar por parte empresarial hasta los 500€; resultando que al empresariado la mano de obra contratada (empleo) le sale GRATIS y es el erario público quien subvenciona y financia los beneficios empresariales.
La Tasa de cobertura de prestaciones a las personas desempleadas ha sufrido una reducción del 30% y ya nos encontramos que 7 de cada 10 desempleados/as no reciben prestaciones. Más del 80% de estas personas sin cobertura viven de las familias.
No se puede mostrar la imagen en este momento. El otro gran desfalco corresponde al vaciamiento de recursos de nuestro Sistema Público de Seguridad Social, que a diciembre 2015 ha colocado a ésta en un déficit nominal de 16.707 Millones de €, lo que equivale al -1,5% de todo el déficit del Estado español.
Los cuatro factores -absolutamente dependientes de la voluntad política de quienes gobiernan- que explican la desposesión, el robo y el camino al desmantelamiento de nuestro Sistema Público de Pensiones son los siguientes:
1. El mercado de trabajo: el empleo nuevo que se genera (con sus precios salariales por debajo de los 750 € y las cotizaciones de éstos) ha entrado en un campo lleno de minas, que hace crecer el ingreso respecto a los gastos, en tasas negativas. Es decir, se ingresa casi 2 puntos menos de lo que se gasta en prestaciones mensualmente. Las Tarifas Planas y las exenciones de cotización empresarial (exención de cotizar hasta los 500€), además de las bonificaciones al empleo, permite dejar de ingresar 1.500 Millones de €.
2. El empleo que termina, especialmente vía jubilaciones, al ser de personas con carreras laborales largas y cotizaciones medias altas, sus pensiones son más elevadas.
El gobierno vacía la “hucha de las pensiones” (Fondo de Reserva) a un ritmo descapitalizador impresionante, a una media de 9.000 millones cada seis meses desde el 2012 que llega el PP al ejecutivo. ¿Qué ocurrirá cuando no haya dinero para pagar a los pensionistas las pagas extraordinarias?
3. La otra gran sangría procede del mantenimiento de los topes máximos de cotización y de las rentas salariales que se exoneran de cotizar, que asciende a la friolera de 26.775 millones de €.
4. Y en el mismo sentido no reformador de todos los gobiernos se encuentra la no equiparación de las bases medias de cotización entre el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) y el Régimen General, que sustrae otros 7.000 millones de €.
Paro, precariedad, eliminación de derechos sociales fundamentales, mercado de trabajo de usar y tirar, exclusión social, descohesión social y desigualdad, se ha convertido en una forma de vivir de la inmensa mayoría de la sociedad, donde el consentimiento con la situación nos coloca en un ciclo temporal de Injusticia Social, que ha llegado para permanecer e instalarse en nuestras vidas durante mucho tiempo de no mediar el CONFLICTO SOCIAL.
Secretariado Permanente del Comité Confederal
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La Generalitat multa con 185.000 euros a Indra por "cesión ilegal de trabajadores"

El secretario general de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat, Josep Ginesta, ha afirmado que este miércoles han confirmado una sanción de 185.000 euros a la empresa Indra por "una cesión ilegal de trabajadores".
Según ha explicado este jueves en la rueda de prensa de valoración de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), Indra habría participado en una "cadena de subcontratación de trabajadores", y Ginesta ha subrayado que la reforma laboral que hizo en 2012 el Gobierno del PP ha facilitado este tipo de prácticas.
"El empeoramiento del mercado de trabajo tiene relación con estas nuevas formas de flexibilización, que empeoran los salarios y las condiciones laborales de las personas", ha insistido, y ha valorado que el es necesaria una contrareforma laboral para evitar esta tendencia.
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jueves, 28 de julio de 2016

Riqueza, empleo y salarios no van de la mano

La llamada economía 4.0 –basada en la automatización generalizada con la aplicación de sistemas inteligentes y tecnologías de la información– va a suponer una aceleración sin precedentes de nuestra capacidad productiva con ahorros de mano de obra directa. Un proceso que ya está en marcha desde hace años y que plantea retos sociales de gran calado.
La paulatina ampliación de la riqueza generada en España en los veinte años que van entre 1995 y 2014 puede resumirse diciendo que hoy producimos casi un cincuenta por ciento más de riqueza (en euros constantes del año 2010 y según la Contabilidad Nacional del INE) en términos reales que dos décadas atrás. Como recogemos en un primer gráfico en la serie temporal del volumen del PIB (descontada la inflación) hoy somos un país un 50% más rico que en el año 1995. Cierto es que la crisis desencadenada en 2008 rompió la tendencia (en ese momento casi habíamos alcanzado un 60% más de riqueza) pero, aun así, el balance global es sin duda muy positivo.
horas-trabajadas
Fuente: elaboración propia con datos del INE
No obstante cuando comparamos en dicho gráfico esta evolución de la riqueza producida con la de las horas trabajadas por el conjunto de la población ocupada para generarla, nos encontramos con un comportamiento bien diferenciado: las horas necesarias de trabajo han aumentado a un ritmo muy inferior. La brecha entre el crecimiento de la producción y el crecimiento del trabajo necesario se va abriendo progresivamente a lo largo de todo el período para ampliarse de forma acelerada en los últimos años.
Globalmente podemos decir que en el último año (2014) generamos la misma riqueza en términos reales que en el año 2005, pero con una cantidad de horas de trabajo muy inferior. Exactamente casi 3600 millones menos de horas de trabajo (equivalentes a más de dos millones de empleos a tiempo completo). Este ahorro de jornadas de trabajo para producir la misma cantidad de riqueza se puede relatar con otra comparación: con las mismas horas de trabajo aplicadas en 2014, en el año 2001 la producción de riqueza en la economía española era muy inferior.
Es éste un proceso global que afecta a todos los sectores, pero si se desglosa se comprueba que es en las actividades industriales donde se anota de una forma más intensa. Si representamos en un segundo gráfico la relación entre ambas magnitudes (horas necesarias de trabajo por unidad de PIB) en las manufacturas a lo largo del mismo período se observa que aquella brecha se concreta ahora en una reducción del 25%. Si en 1995 eran necesarias 100 horas de trabajo directo, veinte años más tarde son necesarias 75 para obtener el mismo valor de la producción.
indice-horas-trabajadas
Fuente: elaboración propia con datos del INE
Esta mutación económica, que acelerará sin duda la economía 4.0, tiene potentes consecuencias en muchas direcciones. Así, por ejemplo, cuando se plantean los graves problemas de sostenibilidad de nuestros sistemas de pensiones (que se financian con cotizaciones sobre el pago de las horas trabajadas) no debiera ignorarse que en 2014 España es un país igual de rico que en 2005, pero que -con toda certeza- los ingresos de nuestra seguridad social (en términos reales, descontada la inflación) serán inferiores debido a que el volumen de trabajo necesario es notablemente inferior.
Es así cómo la misma riqueza producida puede provocar paulatinamente menores ingresos del sistema de pensiones. Lo que genera un problema estructural de sostenibilidad que ha de corregirse modificando el sistema de financiación. Y hacerlo hacia fuentes de ingresos ajenas a los salarios y a las horas de trabajo necesarias para el funcionamiento de la economía.
En relación a todo esto, y anticipándose a la actual economía 4.0, sostenía André Gorz ya hace treinta años que: “… la creación de una renta social independiente de la cantidad de trabajo realizado se impondrán de cualquier manera a medida que el coste del trabajo llegue a ser desdeñable para las producciones automatizadas, cada vez más numerosas”. (ver aquí)
Dicho de otra forma: el pago de una pensión mínima de jubilación, o de una renta mínima para desempleados, ha de financiarse y garantizarse vía impuestos (lo que el autor citado llama renta pagada por la máquina), dado que el sistema actual basado en financiarlos con ingresos que dependan de las horas de trabajo humano será -de forma imparable- crecientemente insuficiente. Y podrá hacerse así porque la riqueza generada, con muchas menos horas de trabajo, será cada vez mayor. Se trata de redistribuir la mayor riqueza social producida para que no acabe polarizándose en una minoría social.
Sin perder de vista que esa mayor riqueza derivada de una menor necesidad de horas de trabajo nos enfrenta a otro reto no menos estratégico: el de trabajar todos menos horas durante nuestra vida activa para poder participar todos en la producción de riqueza.
Lo contrario de la solución actual: horas extraordinarias por un lado y desempleados por otro. Porque si así no se hace, concluía Gorz : “una economía que porque utiliza cada vez menos trabajo distribuye cada vez menos salarios, desciende inexorablemente la pendiente del paro y la pauperización.”
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