En nuestro país, el sector laboral que trabaja en empresas tecnológicas o de consultoría es tan precario como tantos otros sectores. Las negociaciones de convenios a la baja, las reformas laborales y la falta de fuerza y unión de sus trabajadores y trabajadoras permite las reducciones salariales y la pérdida de derechos adquiridos.
Las omnipresentes subcontratas promueven la precariedad laboral, manteniendo a sus plantillas con un salario menor, peores condiciones laborales y la dificultad de atacar a las empresas matrices. Además, impiden que sus plantillas acumulen antigüedad y otros beneficios, como la conciliación familiar.
Los Expedientes de Regulación de Empleo, los tristemente famosos “ERES”, están a la orden del día, propiciados por leyes estatales anti-obreras y sindicatos, como CCOO y UGT, vendidos a las patronales.
El impago de horas extras y las guardias casi permanentes, permiten a las empresas ampliar sus servicios sin aumentar los puestos de trabajo. Por si fuera poco, las protestas por las pésimas condiciones suelen traducirse en mobbing,esto es, acoso contra las personas que alzan la voz.
Sólo unos pocos sindicatos de clase, como CGT, CNT, COBAS y STSI hacen frente a esta situación, al igual que algunos movimientos, como la Marea Binaria.
Mientras tanto, en Estados Unidos, las grandes multinacionales del sector (Google, Apple, Facebook, Microsoft), pese a toda la propaganda de felicidad laboral, imponen horarios extenuantes a sus plantillas, que ni siquiera pueden recurrir a la figura del convenio colectivo. Los puestos de trabajo están sujetos a las veleidades de los accionistas y la bolsa; un ejemplo reciente es la noticia de los planes de despido de parte de la plantilla de Twitter.
Esas mismas empresas son las que amenazan con retirar sus factorías de China si ese país continúa adelante con unas tímidas reformas laborales para mejorar las condiciones; estamos hablando, por ejemplo, de subir los sueldos algo más de un dólar por día, algún tipo de regulación legal o simplemente poder hablar o ir al baño durante la jornada laboral.
Al mismo tiempo, en Europa, concretamente en Irlanda, esta mafia empresarial cuenta con un paraíso fiscal. El que amasen miles de millones de euros anualmente no implica que tengan que pagar impuestos de una forma acorde, pese a los lavados de cara de la Unión Europea en forma de ridículas multas contra Apple, Microsoft y Google. La Unión Europea ha llegado a interponer demandas contra estas empresas por prácticas monopolistas, abuso de posición dominante y evasión fiscal; en varios casos se ha llegado a acuerdos que no han conseguido cambiar nada.
Para completar este círculo vicioso, nosotros y nosotras, mal llamadas usuarios y usuarias, entregamos voluntariamente cada vez más datos personales a todos estos gigantes tecnológicos, permitiéndoles beneficios récord año tras año con la venta del maldito Big Data.
Cobremos o no cobremos un sueldo, al final estamos trabajando para la neo-mafia empresarial tecnológica. Está claro que las autoridades estatales y europeas no van a llevar a cabo cambios significativos, con lo que la responsabilidad de poner freno a esta situación está en nuestras manos.
Es imperativo que dejemos de usar los sistemas operativos, programas y productos de todas estas compañías. El hecho de que tengamos un windows o un mac pirateado no les debilita, más bien al contrario: refuerza un falso mantra, repetido hasta la saciedad, que nos dice que sus productos son los únicos válidos.
Asimismo, el uso en exclusiva de Facebook y Twitter por parte de colectivos sociales debilita las alternativas libres, no comerciales, y empoderadoras que ya tenemos, pero que no usamos por comodidad, desconocimiento, o por creer que las herramientas del amo servirán para acabar con el amo.
Más información en : autodefensainformatica.radioalmaina.org
Gran explicación de la situación. Pero, ¿Es una alternativa real el software libre? Vivimos de nuestro trabajo que es construir software, que pagan clientes a las empresas en las que trabajamos. Eso se llama comercio, y el software libre trueque. Yo quiero seguir trabajando y cobrando un sueldo, y tengo que hacer algo por lo que me puedan pagar. Por desgracia la situación y el entorno es el que es, y mientras haya software y licencias que pagar a mi me pagaran a fin de mes. Y no hablo del tema del pirateo que es tirar piedras contra nuestro propio tejado.
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