Después de asistir a varias reuniones del llamado “Plan de Empleabilidad “, las conclusiones que estamos sacando es que se están haciendo las preguntas equivocadas y por tanto las respuestas que se obtienen son erróneas. Es más parece, que lo que se está buscando es el visto bueno de la RLT para que la empresa pueda despedir a los trabajadores que según ella son “incolocables”.
Este Plan focaliza el problema en los desasignados, parece que la culpa de todos los males de esta empresa la tengan los trabajadores que se encuentran sin proyecto.
Ahora mediante este “Plan” lo que se pretende es que si en un año una persona no se recoloca, a pesar de todos los esfuerzos que haga la empresa para reconducirle, se le invite a irse con el término eufemístico “rescisión unilateral”, lo que toda la vida se ha conocido como despido.
¿Y si en vez de poner el foco como hace la empresa en la parte más débil, lo ponemos en los problemas reales, en la capa de estructura y gestión de la compañía, la más costosa y la que parece que siempre se va de rositas y a la cual se le exige muy poco?
Por qué no nos preguntamos cuántos proyectos se venden y con qué margen. Y si los proyectos se venden con muy poco margen ¿cómo podemos mantener esa capa de Gerentes, Directores, Senior Manager y Vicepresidentes? ¿Suponemos que a ellos también se les va aplicar la “rescisión unilateral“?
¿Por qué se sigue gastando tanto en algunas cosas y en cambio luego no hay dinero para invertir en lo que realmente aporta un retorno a la empresa? ¿Por qué se están dando bonus a nuestros gestores por las pérdidas millonarias que consiguieron el año anterior? Año en el cual, para más inri, la empresa realizó un ERE y Art.41 que justificó en base a los malos resultados.
Como siempre, ponen el foco en el eslabón más débil, el trabajador y ahora toca el turno de los que están sin proyecto. Evidentemente hay que intentar que el mayor número de personas tengan proyecto, pero cierto porcentaje de desasignación no es malo y permite abordar nuevos proyectos. Nosotros no pensamos que éste sea el principal problema de la compañía, aunque está claro que la gestión de la desasignación siempre ha sido un despropósito. Seguimos teniendo una capa de gestión en Capgemini sobredimensionada, así como una organización poco eficiente que prima los chiringuitos, la duplicidad de funciones y la elusión de responsabilidades. Hay
muchas cosas que arreglar para
que nos miren por encima del hombro, menos ver la paja en ojo ajeno y más
ver la viga en el propio.
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