Estos días algunas figuras políticas y articulistas están construyendo una falsa dicotomía a raíz de las huelgas del transporte en Barcelona. La defensa de unas condiciones dignas de trabajo conllevan, según dicen y repiten, tener que subir el precio de los billetes. En definitiva, de una manera nada inocente, se pretenden contraponer nuestros intereses como trabajadores con los que nosotros mismos /as tenemos como usuarios de los transportes públicos.
Esta cantinela obvia el retroceso en el poder adquisitivo del 3,3% de los trabajadores de TMB en estos últimos 4 años mientras los casi 600 directivos incrementaban el suyo en un 14,2%. Se pasa por alto que TMB es un cementerio de elefantes de altos cargos de CiU, PSC e ICV que no se pueden enchufar a la Diputación de Barcelona u otros entes públicos. Las mentiras del Ayuntamiento repetidas una y otra vez se denunciaron a gritos en la plaza Sant Jaume por los y las trabajadoras.
Se presenta la lucha de las plantillas como algo inviable, pasando por alto que, en el caso de la huelga de Metro, las negociaciones se rompieron por la negativa de TMB a hacer indefinidos a compañeras que llevan 8 años con contratos temporales y a tiempo parcial , mientras de cada 2,5 jubilaciones se sustituye sólo con una persona. Del mismo modo que tampoco se explica que el actual ayuntamiento intenta seguir escondiendo los salarios exorbitantes de cerca de 200 fuera de convenio en el caso de autobuses.
Estos días se argumenta esta falsa dicotomía para criminalizar las huelgas del transporte. No hace muchos años se utilizaron argumentos similares cuando los trabajadores de la sanidad pública ocupábamos plantas hospitalarias, CAP y cortábamos calles junto a vecinos y vecinas para evitar los recortes y la privatización de hospitales y servicios vinculados a la salud. Casualmente, quienes afirmaban que mantener salarios o no recortar el número de sanitarios hacía insostenible el sistema de sanidad pública eran los mismos que, a través de sus vínculos empresariales, favorecían amigos y a ellos mismos con la privatización.
Más de lo mismo podemos recordar en las luchas por la educación, por ejemplo en las guarderías y en las universidades. En los últimos años hemos podido ver cómo las devaluaciones de contratos, la precarización de las plantillas y un recorte de puestos de trabajo no ha evitado el salvaje aumento de tasas universitarias en Catalunya, con un incremento acumulado de más del 100%.
En definitiva, decir que defender la lucha de las trabajadoras y los trabajadores perjudica a los usuarios de estos servicios es una falsedad. Una mentira repetida conscientemente, con el fin de criminalizar el movimiento obrero y de justificar intereses ocultos en la gestión de bienes comunes como la sanidad, la educación o los transportes públicos. Queremos recordar que, además, las luchas sindicales, y en concreto de la CGT, en los servicios públicos siempre hemos tenido como una de las finalidades centrales defender la calidad de estos servicios como un bien colectivo, del conjunto de la población, y no como un negocio privado.
Es por ello que desde la CGT queremos denunciar esta campaña de criminalización que busca un objetivo más ambicioso: impedir la extensión de un modelo de sindicalismo que les da miedo, pues es fuerte y ni se rinde ni deja en la cuneta a nadie. Reiteramos nuestro rechazo frontal a los aumentos de tarifas dictados a finales de 2013 y consideramos urgente el retorno a los precios de los billetes del año 2013, tal y como los actuales responsables de algunos de los ayuntamientos más importantes de la AMB (incluido el de Barcelona) se comprometieron en la campaña electoral. Una rebaja que debería ser un primer paso para construir unos transportes públicos al servicio de una población golpeada por el desempleo y por los recortes salariales de los últimos años.
Finalmente, hacemos un llamamiento a la autoorganización de los trabajadores con el fin de extender las movilizaciones a nuestra empresa, a nuestro sector, en nuestra sociedad: es eso lo que temen los poderosos y por eso nos atacan. Porque luchar funciona y no quieren que lo hagamos.
Barcelona, a 29 de febrero de 2016
Secretariado Permanente del Comité Confederal de CGT Catalunya
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