martes, 14 de enero de 2014

Las nuevas cotizaciones sociales costarán hasta 600 euros anuales a los trabajadores afectados


El coste de las nuevas cotizaciones sociales oscilará, para cada trabajador, entre los 60 y los 600 euros anuales, según los cálculos recabados por sindicatos y expertos laboralistas consultados por 20minutos. El pasado 22 de diciembre entró en vigor la nueva regulación legal del Gobierno que impone un nuevo cómputo de todos los conceptos que deben incluirse en las bases de cotización, aquella sobre la que se realizan las aportaciones a la Seguridad Social.

En una base de cotización media, la empresa aporta el 31% a la Seguridad Social, y el trabajador el 6,35% En síntesis, el nuevo régimen del Gobierno obliga a computar conceptos extrasalariales que hasta ahora estaban exentos de cotizar, como las ayudas para la guardería, los cheques de comida, los seguros privados o las aportaciones a planes de pensiones. Con esta medida, el Ejecutivo espera aumentar la recaudación de la Seguridad Social —que presenta un déficit anual de más de 11.000 millones— en unos 900 millones de euros, si bien los cálculos preliminares realizados por patronales como Cepyme, muy críticas con la subida, apuntan a un coste superior a los mil millones de euros.

Fuentes del Ministerio de Empleo no han podido concretar a este diario si la medida supondrá además una merma en el poder adquisitivo de los asalariados, si bien tanto los sindicatos como los expertos en materia laboral consultados dan por hecho que sí. Dentro de la base de cotización de cualquier empleado, la empresa es responsable de pagar aproximadamente un 31% para la Seguridad Social, mientras que el trabajador ha de sufragar un 6,35% de la base.

No consta que los asalariados estén exentos.
Ni en el decreto publicado en el BOE, ni en el boletín de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) en el que se detallan los conceptos cotizables se especifica que los asalariados estén exentos de pagar. Y con esta premisa trabajan por el momento tanto las empresas como los sindicatos y los despachos de asesoría laboral, que aseguran que la nueva medida supondrá un coste adicional para trabajadores y empleadores, pese a que redunde en una mejor pensión en el futuro.

 Teniendo en cuenta los gravámenes medios aplicados a las cotizaciones sociales (31% para empresas y 6,35% para asalariados), el trabajólogo y director del área laboral de la consultora Ribé Salat, Josep Ginesta, estima que el nuevo régimen "supondrá en un primer momento un incremento del coste laboral, que a medio y largo plazo obligará a renegociar esos paquetes de beneficios extrasalariales o a reducir plantillas", señala.

 De la misma opinión es Jesús Terciado, presidente de la patronal Cepyme, para quien "en estos momentos de debilidad una subida de las cotizaciones no supone sino otro incremento impositivo más. Estamos verdaderamente preocupados, ya que esto puede hacer que a las empresas no les merezca la pena ofrecer estos beneficios sociales", asegura.

Hasta 2.500 euros anuales para las empresas.
El menor impacto se producirá en aquellos trabajadores que disfruten de un plus de transporte: será una pérdida de 5 euros mensuales Si tenemos en cuenta cómo están reguladas las actuales cotizaciones sociales, el menor impacto se produciría en aquellos trabajadores que disfrutaran de un plus de transporte, cuyo coste exento máximo era del 20% del IPREM. En este caso, y para un plus de 60 euros al mes los asalariados verían una merma en su sueldo neto mensual de 5 euros, una pérdida que no será efectiva para las base de cotización superiores a los 43.164 euros anuales, que ya cotizan el máximo legal. Para aquellos que disfruten de una tarjeta de comidas, por su parte, la pérdida será de unos 11 euros mensuales.

Por otro lado, tal como explica Josep Ginesta, "un trabajador que tenga hijos que se beneficien de todas las ayudas a la guardería, y a la vez disfrute de una tarjeta de comidas (un máximo de 9 euros diarios) sufrirá un coste adicional de unos 50 euros al mes [600 euros anuales]". Más fuertes aún son los sobrecostes repercurtidos a las empresas, "que oscilarían entre los 300 euros y los 2.500 euros anuales por trabajador, aproximadamente", según calcula Ginesta, que asegura que ésta última cifra es de un ejemplo real aparecido durante estos últimos días. Otro ejemplo: El coste anual de mantener una tarjeta de comidas supondrá alrededor de 610 euros anuales a las empresas.

A pesar de la bajada real de los salarios, "estos paquetes extrasalariales se habían extendido durante la crisis ya que servían para aumentar la cantidad líquida que percibían los trabajadores sin que por ello aumentaran los costes empresariales", explica Ginesta, que prevé que los empleadores tendrán que revertir estos gastos, o bien reduciendo los beneficios, o bien mediante reducciones de plantilla.

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