En este texto vamos a hablar de sindicalismo. Concretamente, de cómo los sucesivos escándalos relacionados con los sindicatos CCOO y UGT evidencian lo peculiar que ha sido la atención mediática a estas organizaciones y la aún más peculiar relación de estas organizaciones con la banca. Sí, mucha gente recordará grandes escándalos como el de UGT en el año 1994: el sindicato tuvo que hipotecar todo su patrimonio a causa de una deuda generada por la desastrosa gestión de la cooperativa de viviendas PSV, cuya quiebra afectó a más de 6.000 cooperativistas.
Hay que resaltar que sólo fue condenado por el caso Carlos Sotos, el gerente de la cooperativa. UGT fue eximida de toda responsabilidad penal por el Tribunal Supremo, aunque tuvo que abonar 13.000 millones de las antiguas pesetas como responsable civil subsidiario. En esta ocasión, Nicolás Redondo dimitió como Secretario General debido al escándalo de la cooperativa. Pero escándalos posteriores y que han sentado las bases del escándalo en Caja Madrid fueron ignorados por CCOO y UGT y, lo que es más grave, por la mayoría de medios de comunicación.
En el año 2004 la revista Interviú publicó el reportaje titulado “Sindicatos ‘vendidos’ al capital”. Resumimos los hechos: en sede judicial, directivos y sindicalistas de CCOO y UGT reconocieron ante el juez que Citibank España pagó en torno a 650.000 euros euros a CCOO, UGT y FITC. El pago fue en concepto de asesoramiento en cuatro negociaciones que supusieron, entre otras cosas, una reducción de plantilla de más de 200 personas, entre bajas incentivadas y prejubilaciones.
Todas estas informaciones son contrastables, ya que se reflejaron en un juicio entre el banco y un antiguo directivo de la empresa. En el juicio también se acreditó el regalo a representantes de CCOO de viajes a EEUU e incluso de entradas para ver partidos de Los Ángeles Lakers por valor de 3.233 dólares. La sección sindical de UGT se pasó al sindicato CGT debido al escándalo y la nula autocrítica o asunción de responsabilidades en la que era su organización. CCOO, por su parte, tampoco tomó ningún tipo de medida, y su sección sindical siguió funcionando como si no hubiese pasado nada. Pero esa dejadez de funciones por parte de UGT y sobre todo de CCOO ha tenido implicaciones que llegan a nuestros días, en concreto, hasta el escándalo de Caja Madrid.
Dos de las personas que viajaron a EEUU a cargo de Citibank fueron María Jesús Paredes, secretaria de la Federación de servicios financieros y administrativos de CCOO hasta 2007, y su pareja Francisco Baquero, exconsejero de Caja Madrid. Fue gracias al apoyo de Paredes por el cual Miguel Blesaaccedió en 1996 a la presidencia de la caja. En 2007, Paredes y Baquero se vieron envueltos en una polémica sobre su enorme patrimonio personal, que entonces superaba los dos millones de euros. Paredes abandonó CCOO en el 2008 al vencer Ignacio Fernández Toxo a José María Fidalgo en el Congreso Confederal de la organización, ya que, en declaraciones a El País, CCOO no es un sindicato de izquierdas; “es sólo un sindicato”.
Y ahora salta de nuevo un escándalo relacionado con Francisco Baquero: Miguel Blesa subió sus dietas debido a las amenazas de María Jesús Paredes cuando ésta ostentaba cargos de responsabilidad en el sector de Banca en CCOO. Posteriormente Baquero utilizó su tarjeta opaca, con la que llegó a gastar 266.400 euros, que destinó en su mayoría a mobiliario del hogar, electrodomésticos y restaurantes de lujo. Si CCOO y UGT hubiesen atajado los problemas en Citibank esta casta sindical no se hubiese instalado en sus organizaciones y, probablemente, no les hubiese salpicado de esta manera el escándalo en Caja Madrid.
David García Aristegui
lamarea
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