El grupo de Amancio Ortega se salta el acuerdo con los sindicatos y fuerza la salida de cientos de trabajadoras, a la vez que recorta los derechos laborales de la plantilla.
El cierre de una tienda de Zara en Guadalajara dejó a 27 trabajadoras en una situación comprometida. Tal como acordó la empresa de Amancio Ortega con los sindicatos mayoritarios en octubre de 2020, todas ellas recibieron una oferta para trabajar en otro centro del grupo. Pero solo tres siguen en la empresa. Era una oferta que no podían aceptar.
Según cuenta Aníbal Maestro, portavoz de CGT Zara Tiendas, “en el mejor de los casos, las vacantes que les ofrecían estaban en la otra punta de Madrid y hasta llegaron ofrecerles puestos en Melilla”. El compromiso de ofrecer un puesto de trabajo a un máximo de 25 km de distancia no se está cumpliendo y la multinacional “está aprovechando” la coyuntura no solo para realizar un “ERE encubierto” sino para degradar las condiciones laborales de la plantilla, denuncia este sindicalista.
La tienda de Zara en la calle Carretas de Madrid fue la primera que abrió Inditex fuera de A Coruña. A finales de 2020, ante el inminente cierre del local, ofrecía a sus empleadas unas condiciones en muchas ocasiones inaceptables. Maestro relata el caso de una madre, que trabajaba de lunes a viernes por las mañanas para poder cuidar de su hijo por las tardes. Tras el cierre de la tienda del centro de Madrid, si quería conservar el empleo tenía que aceptar unas nuevas y peores condiciones laborales: un contrato de lunes a domingo, con libranzas de días entre semana y turnos en dos tardes. Y este cambio en los contratos, que hace todavía más difícil la conciliación y supone una pérdida salarial, relata este representante sindical, se repite en todos y cada uno de los casos de personas afectadas por el cierre de las tiendas.
“Si una trabajadora que gana 800 euros con una jornada de 24 horas a la semana, le cierras su tienda y le ofreces una vacante a cientos de kilómetros, es normal que se acoja a la indemnización y se vaya de la empresa. Esto es un ERE en toda regla”, denuncian desde CGT
El problema, cuenta Maestro, es que en el acuerdo firmado con CC OO y UGT, Inditex se comprometió a mantener el mismo número de vacantes, “pero no se especificaba nada sobre tipos de contratos o condiciones laborales”. Esta ambigüedad está siendo utilizada por la empresa de Amancio Ortega para forzar la salida voluntaria de cientos de trabajadoras de las tiendas cerradas por toda España.
“Si a una trabajadora que gana 800 o 900 euros con una jornada de 24 horas a la semana, le cierras su tienda y le ofreces una vacante a cientos de kilómetros, es normal que se acoja a la indemnización y se vaya de la empresa. Esto es un ERE en toda regla”, denuncia. Además de la distancia, la empresa también recurre al recorte de las horas de trabajo. En muchas ocasiones, apunta este sindicalista, resulta imposible seguir trabajando en esas condiciones.
Y no se trata de casos puntuales. Según un estudio de UGT, el 40% de los nuevos puestos ofrecidos por Inditex tras el cierre de locales estaba fuera de la provincia. Una de cada cuatro trabajadoras que ha recibido una oferta de traslado ha dejado la compañía, según este sindicato.
CGT vincula este “ERE encubierto” con el acuerdo firmado entre Inditex y las centrales mayoritarias, un pacto “que obliga a las plantillas afectadas por estos cierres a acogerse a indemnizaciones ridículas ante la pésima calidad de las vacantes ofertadas”. Según esta central anarcosindicalista, la decisión del grupo textil “solo tiene como objetivo ampliar ganancias con la venta online, dejando fuera a las trabajadoras y a los trabajadores que con tanto esfuerzo han hecho posible la marca en el Estado Español”.
CGT vincula este “ERE encubierto” con el acuerdo firmado entre Inditex y las centrales mayoritarias, un pacto “que obliga a las plantillas afectadas por estos cierres a acogerse a indemnizaciones ridículas ante la pésima calidad de las vacantes ofertadas”
Las denuncias de los sindicatos se enmarcan en el plan de Inditex de cerrar 1.200 tiendas en todo el mundo, 700 de ellas en Europa y 114 en España, donde trabajaban 986 personas. Pero es solo el principio, indican desde CGT.
“Aquí hay una estrategia clara, es el cambio de modelo de negocio. Ahora apuestan por la digitalización y han invertido mucho dinero en eso. El plan de la empresa es reeducar al cliente y que deje de comprar en tiendas, que les suponen un gasto de personal, de seguros sociales, de alquileres, de mantenimiento. El negocio online les permite reducir mucho esos gastos”, explica Maestro.
La estrategia de la empresa de Amancio Ortega —el hombre más rico de España, seguido de su hija, Sandra Ortega, según la lista Forbes— contrasta con los buenos resultados que ha recogido Inditex en plena crisis social y sanitaria. Según la prensa económica, el cierre de ejercicio arrojará un beneficio de entre 1.300 y 1.400 millones de euros.
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