- La inflación crece más del triple que los
salarios, que se devalúan en todas las profesiones.
- Profesionales técnicos como abogados,
consultores, arquitectos o ingenieros son los que mejor resisten.
- En restauración, el sector peor pagado de toda la
economía, los salarios solo crecen un 1,7%.
- Los bancos empiezan a cerrar el grifo de las
hipotecas, pero los precios de los pisos seguirán altos.
Se mire donde se mire, no hay profesión de la economía española en la que los salarios estén aguantando el embate de una inflación sin precedentes en las últimas cuatro décadas. Los datos de la estadística de convenios colectivos que difunde cada mes el Ministerio de Trabajo son elocuentes. Mientras que la inflación promedio registrada en lo que llevamos de año alcanzaba el 9% en septiembre, las subidas salariales pactadas entre empresas y empleados apenas alcanzaban el 2,6%. Es decir, la inflación ha subido más de tres veces por encima de los sueldos.
Estos datos apuntan a que los salarios
pactados por convenio en lo que llevamos de año se han disparado en un
rango que oscila entre el 3,8% de las profesiones científicas y técnicas y el
1,1% del sector financiero (si excluimos la subida del 6,3% para
el personal doméstico que trabaja en los hogares, que solo afecta a 827
trabajadores).
Los profesionales de
alta cualificación, como abogados, contables, consultores,
arquitectos, ingenieros o investigadores son por ahora quienes mejor están
capeando la inflación. Los 227.000 trabajadores de estas
profesiones que han firmado convenios con efectos este año han logrado subidas
del 3,8%. Tras ellos, aparecen los profesionales de las actividades artísticas,
recreativas y del entretenimiento, cuyos convenios recogen alzas salariales del
3,7%.
No muy lejos de ellos
aparecen los trabajadores del transporte y el almacenamiento. En
este sector, uno de los que está notando más de cerca el impacto de la crisis
energética por el encarecimiento de los combustibles, se han pactado alzas
salariales del 3,3% que afectan a 354.000 trabajadores.
Otro de los sectores
más golpeados por los elevados precios de la energía es la industria
manufacturera (alimentación, textil, automovilística,
siderurgia...). En este sector, más de 2,1 millones de trabajadores (el 28% de
todos los que, hasta ahora, han pactado convenios con efectos en 2022) han
logrado que sus sueldos suban un 3,2%.
En el otro lado del
espectro, los asalariados que salen peor parados son
los empleados de la banca y la hostelería. Los convenios pactados
en el sector financiero y de seguros apenas recogían subidas de sueldos del
1,1% hasta septiembre, la media más baja de toda la economía. Tras la crisis
financiera de 2008, la banca lleva años en un proceso de concentración y
reducción de costes en los que se han producido fuertes recortes en sus
plantillas (solo entre diciembre de 2010 y de 2020 han perdido 84.204 empleados).
Sin embargo, el caso más dramático es el
de la hostelería, una actividad donde los
sueldos negociados por convenio apenas crecen un 1,7%. La
hostelería es la segunda profesión con aumentos salariales más bajos en lo que
llevamos de año, algo especialmente notable si se tiene en cuenta que es la
actividad con un sueldo medio más bajo de toda la economía (apenas 1.376 euros
brutos mensuales en 2020).
Aunque la estadística de convenios
colectivos refleja con bastante precisión la situación de las negociaciones
salariales, conviene recordar que no aporta información sobre algunas
cuestiones relevantes. Por ejemplo, quedan fuera de ella las subidas
salariales que los trabajadores pactan individualmente con su
empresa o las de los empleados que están fuera de convenio (entre 700.000 y
800.000 según algunas estimaciones).
Subidas más fuertes en el norte
Igual que no todas las profesiones han
respondido igual a la inflación, las diferencias entre territorios son también
llamativas. Dejando de lado los convenios de un nivel superior al autonómico
(que afectan al 42% de los trabajadores de la estadística y recogen una
subida media del 2,2% para 2022), en general las
comunidades del norte han salido mejor paradas que el resto.
Los trabajadores del País
Vasco (con una subida media del 5%), Navarra (4,5%) y Cantabria (4,4%)
son los que más han visto crecer sus salarios. Unos aumentos claramente por
encima de los registrados en Comunidad Valenciana (3,9%), Andalucía y Cataluña
(2,7%) o la Comunidad de Madrid (2,6%). Por contra, los asalariados en Aragón
(1,8%), Castilla-La Mancha (2,1%), Murcia (2,2%) y Castilla y León (2,3%)
reciben los incrementos más bajos.
La situación también es muy
diferente en las grandes empresas que en las pequeñas. Según informa Expansión,
firmas como Mercadona, Repsol o Enagás ya han anunciado que subirán salarios
con el IPC. Por su parte, los grandes fabricantes de automóviles preparan
subidas de entre el 6% y el 10%.
Se disparan las cláusulas de garantía
A medida que la inflación ha ido
aumentando, también lo ha hecho el número de trabajadores que disfrutan de
cláusulas que vinculan sus salarios al IPC (aunque en la mayoría de los casos
las subidas garantizadas no cubren toda la inflación). Los últimos datos
señalan que uno de cada cuatro trabajadores españoles ya
cuentan con cláusulas de garantía salarial, una cifra que alcanza el
48% entre los asalariados en la industria, pero que solo afecta al 15% del
sector servicios -donde trabajan la mayoría de los españoles-. Además, el
porcentaje de trabajadores con cláusulas con efectos en 2023 alcanza ya el 45%,
según una estimación
reciente del Banco de España.
Pensionistas y funcionarios salen mejor parados
Las negociaciones entre sindicatos y
patronal están resultando en subidas salariales inferiores a las rentas que
dependen del Estado. Mientras que las retribuciones en el sector privado suben
un 2,6% de media en 2022, el salario de los
funcionarios subirá un 3,5% este año. Además, los
empleados públicos tienen garantizada un alza del 2% el año próximo (con otro
1% sujeto a variables) y una tercera subida del 1,5% en 2024 (mas un 0,5% en
variables).
Los algo más de 9
millones de pensionistas que hay en España son el único colectivo que tiene su
poder adquisitivo garantizado. Sus prestaciones subirán lo mismo
que lo haga la inflación media entre noviembre del año pasado y el actual. Un
alza que el Gobierno calcula que ascenderá al 8,5%.
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